2010-05-10

Vieja querida...

Recurriré al facilismo, lo reconozco. Recién pasado el día de la madre le dedicaré mi entrada del blog de hoy a mi vieja.

La más grande del mundo.

La más grossa.

La más talentosa.

Al igual que todas las madres, la mía es la mejor mamá del planeta. Me lo demostró una vez más ayer domingo 9 de mayo, nada más ni nada menos que en su día.

Eran un poco más de las 15:00 hrs. cuando yo aún estaba echado como un lirón con caña en mi rica camita. La noche anterior había tenido la brillante idea de levantarme temprano, llevarle un rico desayuno a la cama y entregarle sus regalos.
Es increible como tantas buenas ideas se van a la basura...


Un olor familiar, penetrante y exquisito, como esos que toman a los monos animados de la nariz y los hacen flotar por los aires, llegó hasta donde me hallaba dormitando, me tiró de las orejas, me cacheteó 3 veces y me dijo cariñosamente al oído:
"¡Despierta aweonao, te estás perdiendo las papas rellenas!"


Me despegué del colchón cual resorte y sin tiempo ni ganas de vestirme, salí a la cocina en mi sexy pijama de pólar para corroborar con el sentido de la vista, y del gusto de ser posible, lo que el olfato ya me había anticipado: 20 papas rellenas me miraban ansiosas desde su argenta fuente (la fuente es argenta no porque sea de plata, es porque la trajimos de Argentina), como diciéndome "¡Claudio, somos todas para vos ¿que esperas? ¡Cómenos! Mmmmmm..." (léase como un sonido porno).
De repente vi a mi lado a Cabeza, mi hermano menor, cuya mente parecía haberse trasladado t
ambién a la salvaje orgía papística. Mi vieja sonreía y seguía friendo como leyéndonos el pensamiento. Cabeza puso la mesa, yo salí a comprar la bebida en pijamas y pantuflas. La tierra se resquebrajó bajo nuestros pies, ya que normalmente solo nos sentamos a comer y sería.

Una hora más tarde el festín estaba consumado. 3 papas y media habían caído en la batalla. Mi estómago celebraba feliz y piporrón su victoria. Pero mi estómago aún no aprende que en la batalla alimenticia, no está todo dicho hasta que el intestino, el higado, el pancreas y demás órganos realicen su trabajo. Verán, para mi, el estómago es el gerente, los demás órganos son los empleados, el perraje. Y parece que ayer había huelga o reunión de sindicato...

Hoy lunes el panorama es, como decirlo... devastador. Las papas se me devuelven desde las 5 de la madrugada de hoy, he ido 3 veces al baño durante la mañana en la pega. Pero soy feliz, le veo el lado bueno. En primer lugar, le vuelvo a sentir el gusto a mi comida favorita (puaj). Por otro lado, sé que es mi culpa, comí como un desaforado y me pasó la cuenta. Anoche me comí dos papas más a eso de la 1 de la mañana. Y por último, nada importa porque mi vieja hizo papas rellenas.

Sí, mi vieja, esa que odia cocinar y sobre todo freir, se mandó un plato que le queda de lujo, y logró que algo material como lo son unos kilos de papa, carne y cebollas (más los ingredientes secretos) se convirtiera en algo más. Algo trascendente.
Viejita, me enfermé del estómago con tus papitas. Pero yo sé que fue porque les pusiste demasiado amor. Así que hoy, igual me como las dos que me mandaste de colación.





Te amo má, feliz día.

2 comentarios:

Ayackiro dijo...

"Viejita, me enfermé del estómago con tus papitas. Pero yo sé que fue porque les pusiste demasiado amor..."

técnicamente entonces, el amor enferma?

.. un grosso Doren. Sabelo! xD

Pd: Tía... la lleva, es una talented de la vida!... las papas estaban D'lols!

El ChE dijo...

El amor enferma, duele y a veces te hace mierda. El problema es que sabe rico...