2010-06-08

La inauditez de las fiestas laborales

El día viernes volví a vivir una de las experiencias más bizarras que me ha tocado disfrutar/soportar en mi vida laboral: La fiesta organizada por el trabajo. Esta vez fue el turno de asistir a la del Serviu RM, que festejaba su aniversario número diecitrés y medio con una gran comilona en "Los Buenos Muchachos". Siendo personal externo de la institución, pensé que me la perdería pero ¡oh surprís! me dijeron que iban los externos también. Así que empecé el ayuno el día miércoles para el viernes deleitarme con lomo de vacuno, papitas fritas y terrina de pavo (para el que no sabe que es la "terrina de pavo": querido e ignorante lector, no se preocupe, yo tampoco tengo idea, pero estaba rico).

Mientras almorzaba acompañado de mis colegas senior (pa no decir viejos), al son de una orquesta ad hoc bastante aburrida para mi gusto, me di cuenta que esta fiesta no sería del calibre de otras bacanales laborísticas donde me había hallado. Y me puse a pensar algo así como: "que cosa esto de las fiestas de pega". Si las califico de bizarras es porque como les decía, he estado en varias de estas fiestas y la verdad no hay otro adjetivo que le calze mejor. Trataré de relatar algunas de las cosas con que me he cruzado en estas afables reuniones de camaradería, manteniendo ocultas las identidades de sus protagonistas. No sea cosa que terminemos siendo blog de chimentos...

A medida que degustaba el lomo vacuno, recordé que entre lo más variopinto que he vivido, se encuentran un espectáculo de sexo en vivo ofrecido por dos ex-colegas, a unos dos metros de donde me hallaba conversando con una amiga (nosotros llegamos primero, el espectáculo empezó después), seguido de una pelea de proporciones felinas entre esa misma amiga que conversaba conmigo y otra más-que-amiga que nos vio conversando, con la participación de calificativos tan tiernos y agradables como "maraca arrastrada", "loca reventada" y epítetos de esa estirpe. Recuerdo que mientras mi 1/8 "bueno" trataba de separarlas los otros 7/8 pensaban "traigan el lodo".
Luego de eso vino una charla cuasi espiritual con otra mina de la pega, para apaciguar los humos de la gresca, mientrás a dos metros continuaba la maratón sexual. Surrealista escuchar de "la luz que emana" de una persona con gemidos kamatántricos de fondo...

A estas alturas, en el escenario principal del mega-restaurant, presentaban con bombos y tambores a la mega estrella de la tarde, el hit del verano, el terremoto de las enaguas, el chacal de las jubiladas: Don Luis Dimas.
Mi cincuentón jefe aplaudía como un poseso, a las
viejitas se les subían los calores, sobrevinieron desmayos en el público femenino sen
ior. La juventud (aún me creo joven ¿ok?) estaba desolada: Esperábamos algo más poblacional la verdad, algo para mover la estructura ósea, lo ideal para despertar de la mediocre orquesta que se había ido recién. En cambio nos traen al clon chileno de Danny de Vito, que a pesar de ponerle empeño no pudo dejar de ser a mis ojos la encarnación de ese sabio adagio que dice "es mejor retirarse cuando estás en la cima, y no después de haberte sacado la cresta en la caída".

El vino me hizo recordar momentos etílicos pasados, donde vi gente que bajo la influencia del vil alcohol hizo cosas tan disparatadas como bajarse los pantalones y pasearse entre los invitados, tocarle las posaderas a sendas promotoras, subirse al escenario a besar al bajista de la banda, asaltar el bar sacando lo primero que se pudiera, acarreando como consecuencia la creación de cócteles tan extraterrestres como tequila con pisco sour o ron con Bilz y Pap. Motivo del alcohol una vez me llevé un cachetazo porquesí, producto de un affaire imaginario con esa misma amiga que les contaba más arriba. Pensándolo bien, probablemente daba pie a que se pensaran esas cosas, pero esta vez, a diferencia de muchas otras ocasiones, era inocentemente inocente, una blanca paloma.
Para que hablar de otras consecuencias alcoholísticas, como los bailes frenéticos que se generan con su ingesta... nooo, si el copete tiene cualidades sobrenaturales: ¡transforma a todos en John Michael Travolta Jackson!

A esas alturas, el señor que trabaja en la imprenta, quien pasa la mitad de su turno durmiendo y la otra en colación, se movía como un trompo en la pista de baile, con la corbata a lo Rambo alrededor de su cráneo, sacudiendo del brazo a una rechoncha, sudorosa pero feliz colega. Fue esto lo que sobrepasó los límitez de la inauditez, y decidí retirarme porque la verdad, esta vez, no tenía ganas de ver sexo en vivo senior...

Gracias Serviu por la invitación!
(A ver si a la otra llevan sendas promotoras...)

4 comentarios:

Ayackiro dijo...

recuerdo algunas bacanales de antaño... pero no aquella de la técnica kamatántrica... menos mal.


Que buenos momentos los de las fiestas de terra... como esas no hay hace mil años.

Podrían hacer eso en todas las pegas... sería épico, ahora, el problema está en cuando tus compañeros de pega no tienen tu misma edad y llevan para el espectáculo a un Lucho Dimas que no es de tu gusto, pero si de las veteranas de servicio al cliente, por ejemplo.

El ChE dijo...

Seeeh, las fiestas de terra eran el libertinaje desatado, muy entretes. Eran divertidas porque era toda gente joven con ganas de weiar y sacarse el stress que implicaba el maldito Call Center.

Con respecto a las veteranas, puta... si fueran ricas de ultima las sacas a bailar... pero el Serviu es el desierto más árido de la tierra: ni una flor...

Rodrigo Erazo dijo...

la Terrina de pavo te dejó pa la cagá perrito, te alargaste tanto que me dejaste con ganas de vomitar... jajaj gueno esperando que por acá tambien salga luego la fiestoca de empresa para poder hacerme mierdi al igual que tu.. XD

se despide con arcá su ignorante lector.. :D

http://enescena.canal13.cl/espectaculos/enescena/html/Miscelaneo/Especiales/tarde_libre_cocina/236187Itplqmisc_i_tpl.html

El ChE dijo...

Gracias por la receta, no creo que lo intente pero me culturizaste =P

Por cierto, no te ofendas Rigo con lo de ignorante que yo me sumo al grupo de los que no sabía que xuxa era la terrina... Fue un eufemismo, o algo así.

Y bueno, suerte en el carrete laboral, ojalá te lleven a Luis Dimas para que me entiendas