2010-06-01

Lé moqué

Romadizo. Picazón de nariz. Catarro. Resfrío. Congestión.


Moco.
Moco es la palabra.
Es simple, directa.
Moco.

Esta época del año, iwal es piola. Te abrigas un poco y estás a temperatura bastante agradable. Salir al parque a caminar, escuchando música o fumar en el banco de alguna plaza. Ver las ondas expandirse en los charcos de agua, los pájaros picando alguna cosa sobre la gravilla. Pero al otro día, si en tu pacífico paseo no tenías puesta una bufanda... moco. La hecatombe, la debacle total. Una seguidilla de hechos bochornosos(*) que involucran tu garganta, tu nariz, y cientos de miles de millas náuticas de cerebro licuado y TP. Moco. Aquel vil, viscoso y repulsivo manjar para el papel sanitario y los pañuelos desechables.


Si fuera tan fácil respirar por el hoyo cuando uno tiene picazón de nariz o la cayuya tapada, dejaría todo de ser un problema. Sin embargo toda la vorágine de sucesos tan frusfrantes comienza con los síntomas.

Mi terciana americana.


Sandro?, Presley?.. nah... son los tritones (seh, tritones y no tiritones...) de la muerte. Unos movimientos involuntarios dantescos, producidos casi por deidades omnipotentes de los mares de moco. Es como la sacudida mística al momento de la micción matutina o última del día. De esos que te agarran los hombros y te mueves como haciendo el pasito de thriller.

Agárrame el tigre, que me lleva la garganta.

"Ya, no fumo más, por que el viernes tengo el manzo carrete, y por un resfrío no caigo nica"... mis polainas. Estás caga'o de la cabeza. Se te chifló el moño y la voladura de marulo por los aires. El chape estalla en pedazos. Resignación. O sea, está re bien que dejes de fumar, pero nada podrá evitar el desenlace de una irritación en el güergüero, como si estuvieras haciendo gárgaras con tachuelas. Complicated.


Fiebre de martes por la tarde.

No es que te pongas patas de elefante, te peines con jopo (afro altamente recomendado), y que salgas haciendo el pasito ese de señalar al cielo como "el matador", sino que es peor. Mucho peor.


"hay 40º grados nena..." pero en tu cabeza. Puedes sentir como las manos se derriten sobre el teclado. La cabeza te estalla con cada latido de tu entusiasmado y "tibio" corazón y comienzas a sudar como si estuvieras teniendo sexo en un baño turco (seh.. de esos con servicio especial... 2x1, con pisco sour, jabones chicos. seh... según lo que se cuenta si). Los puntos negros comienzan a saltar como cabritas en la máquina del cine y tu ropa se empapa de sudor, de resfrio, de fiebre... y decaimiento.


Su majestad, el moco.
(Para obtener un mayor realismo en las letras a continuación, se recomienda audiovisualizar tanto la lectura como el audio recomendado.)



El grosso más grosso de todos. Audiovisualicen esto: El vals del danubio azul. Estás a 2.8 segundos de estornudar. Comienza el Slo-Mo. POnes cara de John Cusack, o Scott Weiland (parecen como si siempre estuvieran resfriados), tu cabeza comienza a inclinarse hacia atrás. Tu cara se relaja y tus manos buscan desesperadamente un pañuelo, un pedazo de confor, una hoja de diario, un post-it, el memo del jefe o el jefe mismo, y justo cuando su cerebro sabe que no tiene al alcance absolutamente nada más que la manga de la camisa o la polera para poder evitar el caos extremo... 2.8 segundos después de que el bello nasal alojado en tu fosa derecha se movió por acción de uno o más acaros graciosos y trapecistas, y después que tu rostro y cuerpo completo (incluyendo el corazón) entran en un relajo perfecto, épico, diáfano, total, absoluto... y tus ojos se cierran, entregándote completamente a la experimentación de un nirvana de relajo... viene el estallido.


La manga de la camisa era blanca, al igual que los papelitos y hojas carta que rodean tu escritorio. Ahora son verdes. La pantalla excel que tenías abierta se autodecoró, dejando un sutil "amarillo verdoso"... un color como "#CCCC33". Diciéndoce una y otra vez, los pañuelos deben estar acá para la proxima vez que.... y el proceso comienza otra vez... y otra vez.

Después de eso, solo la consecuencia. Tapsín caliente día y noche. Mucha agua. Paracetamol. Más agua Vitamina c. Agua... moco. Agua ... moco.


Todo lo que uno desea a veces, es estar en cama, en un día de frío. Viendo la niebla y la gente por la ventana apurada por todo, mientras estás tranquilo, viendo el "buenos días a todos". Y a veces llega a ser agradable, mientras te congelas las patas en la oficina. Pero, si estás expulsando litros de moco, hablas con las "R" pronunciadas como "D", con alucinaciones por la fiebre (Seh... elefantes mutantes y todo eso), y ganas de hacer pichí a cada rato, no hay como la oficina.


Seh... como el día martes de mierda que critiqué la semana pasada.

... por la boca muere el pez.
Y si está resfriado, mucho peor.

(* mención a Deportes en el recuerdo. http://www.youtube.com/watch?v=tGnHmYJd45c)

3 comentarios:

Marco Donoso Farías dijo...

Qué asco de tema...!
Pero es verdad, no hay nada más desagradable que estar resfriado. Ni nada más desagradable que estar en una reunión de trabajo (con tus compañeros con los que tienes confianza, pero nunca tanta), estornudas y sale volando un lindo moco de colores tornasol para pegarse en tu antebrazo y que todos lo noten; nadie dice nada y uno se para haciéndose el weón... y todos comentan: "pucha, todavía no se le pasa el resfrio"
O estar resfriado, jugando a la pelota: Es un corner, la defensa de ellos no anda muy bien... el arquero es absolutamente franqueable (ya lo he estudiado por largos 20 minutos de juego)... viene el centro; corro, salto, me dispongo a cabecear añorando un golazo... y el bendito moco que se me adelanta, como queriendo cabecear el corner para llevarse la gloria del gol... finalmente, sale de mi nariz y se queda en mi mejilla, frustrado igual que yo por no haber hecho el gol...
Horrible...!

Unknown dijo...

los mocos son algo asi como las legumbres... los tratas de evitar pero son necesarios para el organismo. claro, no me refiero a comerse los mocos, sino que a su funcion en la nariz... una funcion de mierda (o de moco...), pero que se le va a hacer.

el problema del moco es no contar con las herramientas para controlarlo en su debido momento. es por eso que se producen las situaciones embarazosas que comenta Marco... honor a la condenzacion y la gravedad, es cuando aparece ese caudal que parece infinito y que cae por las fosas nazales en el momento menos apropiado: la entrevista de trabajo, conociendo a una mina, una reunion importante... o simplemente en la micro o en el metro donde todo el mundo te ve, y aunque sabes que nunca mas te volveran a ver, te caes de verguenza pensando en que seras el centro de atencion si no controlas ese moco "reberde" que se quiere escapar de tu nariz.

y claro, ni el pañuelo, ni el papel higienico, ni el boleto (actualicemos: el comprobante de recarga de la bip!) estan ahi para acudir en tu ayuda.

Ayackiro dijo...

Seeeh... los mocos apestan... y claramente no le importan a nadie.

... son un hijo mal parido... un bastardito del resfrio.

Me importan un moco.